Con el final del ingreso de divisas provenientes de la cosecha gruesa, el Gobierno enfrenta el desafío de sostener la acumulación de reservas en un contexto de creciente presión cambiaria. Desde el Banco Central y el Ministerio de Economía se analizan alternativas para mantener el equilibrio del mercado sin alterar el esquema vigente de flotación administrada.
Durante las últimas semanas, el dólar paralelo mostró una tendencia alcista, mientras se desaceleró el ritmo de liquidaciones del sector agroexportador. Este panorama encendió señales de alerta en los equipos económicos, que ven en la merma de ingresos por exportaciones un factor clave que podría tensionar aún más el escenario financiero.
Entre las medidas en evaluación figuran nuevas líneas de financiamiento externo, avances en acuerdos bilaterales y posibles operaciones con organismos internacionales. Además, se estudia una ampliación del programa de incentivos para exportadores que podría reactivar el ingreso de divisas.
El Gobierno sostiene que la situación es controlable y que las reservas netas continúan mostrando una recuperación moderada en comparación con los meses anteriores. No obstante, el panorama de volatilidad cambiaria sigue siendo una de las principales preocupaciones del mercado.
Analistas privados coinciden en que el segundo semestre será clave para la estabilidad económica, y advierten que, sin nuevos flujos significativos de divisas, el Banco Central podría enfrentar mayores desafíos para intervenir en momentos críticos.